DIRECCIÓN DE CULTURA Y EDUCACIÓN
DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR
INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE Y TÉCNICA
“ESCUELA SUPERIOR DE SERVICIO SOCIAL”
Carrera: Trabajo Social Asignatura: Antropología Docente: Pascuccio, Jorge Darío |
TERCER AÑO HORAS DE CLASE: 64 HORAS ANUALES CURSADA: MIÉRCOLES DE 19:30 a 21:30 hs. |
Fundamentación |
Como quizá ninguna otra ciencia, la antropología es la ciencia de lo humano. Su campo de estudios abarca todas las dimensiones de lo humano, desde lo que nos conforma biológicamente hasta los que nos constituye como comunidad política; desde lo que como especie nos hace físicamente humanos hasta los procesos psicológicos profundos, pasando por las estructuras sociales y culturales que enmarcan la experiencia histórica de los pueblos. Sin embargo, apoyarnos en la generalidad de esta definición, innegablemente cierta, no nos permite focalizar el objeto y el ámbito de preocupaciones de de la antropología. Por otra parte, dejaría sin discutir las contradicciones y la riqueza teórica de una ciencia atravesada por los conflictos sociales, políticos y culturales, y que ha dejado una marca muy honda en el devenir de las ciencias sociales. Por todo esto, entendemos en esta cátedra que es prioritario discutir el lugar que la antropología ocupa en el campo de las ciencias sociales y definir con precisión su objeto de conocimiento, a la par que se hace urgente reafirmar su importancia en la formación de profesionales capacitados para intervenir crítica y conscientemente en la sociedad.
No existe una ciencia social neutral y aséptica, e inevitablemente quienes aborden el estudio de la antropología tendrán que lidiar con las complejas tramas de discursos y posicionamientos teóricos que definen una ubicación determinada en el campo de la ideología. Muchas veces esas tramas y discursos ocultan, y otras veces dejan al desnudo, los prejuicios y lugares comunes con los cuales se valoran los procesos sociales y culturales. Es competencia de esta cátedra proveer a los alumnos de las herramientas intelectuales que les permitan posicionarse en el campo de las ciencias sociales de modo autónomo y crítico.
Como sabemos, la enseñanza de toda ciencia es la enseñanza de la historia de su formación y desarrollo como disciplina. La antropología, conformada en el siglo XIX en el seno de las culturas dominantes en los centros de poder mundial, estuvo, y aún está, condicionada por una mirada “eurocéntrica” y etnocéntrica. Ha sido acusada de ciencia del colonizador, por hacer de las culturas no occidentales –que les resultaban extrañas – un objeto de estudio sin consideraciones por su singularidad, sin valoración de la diversidad, estableciendo jerarquías y negaciones. Estas culturas unas veces eran vistas como “premodernas” o en transición hacia un estadio considerado superior, o como “culturas residuales” del pasado. Esta circunstancia lastró a la antropología con la pesada carga de conceptos como “primitivismo” o “civilización”, que muchas veces no se apartaban demasiado de la noción de “salvajismo” y “raza superior”, presente en muchos clásicos de la literatura antropológica. Con este aparato conceptual cargado de negatividad hacia las culturas no occidentales se construyó el imaginario sobre las sociedades colonizadas, desplazas y no pocas veces exterminadas por los europeos y norteamericanos. La sola idea de que exista una cultura “periférica”, aun cuando no haya sido esa denominación concreta la utilizada entonces, mostró el desconocimiento de la centralidad que para esas sociedades tenían sus propias culturas. Consideradas como objetos de estudio, se las cosificó y degradó. A pesar de los esfuerzos teóricos y metodológicos hechos para alcanzar una supuesta “objetividad” o para captar en su esencia a esas otras culturas, en general esa mirada, producto del extrañamiento, apenas pudo modificarse sin lesionar el propio estatus epistemológico de la antropología.
Sin embargo, aun signada por esta mirada condicionada y condicionante, la antropología no ha rehuido el debate y se ha hecho cargo de sus limitaciones epistemológicas, poniendo en discusión los supuestos teóricos en los que se fundaba, tarea emprendida con mayor brío desde la segunda mitad del siglo pasado. La noción de alteridad, incluso la empatía emocional, y, desde luego, una profunda crítica intelectual han contribuido para la apertura hacia otros universos simbólicos y materiales cuya riqueza debe ser cuidada. Dado que toda la experiencia histórica humana ha mostrado que la diversidad, las “contaminaciones y mezclas”, y los préstamos han sido más fructíferos que el ensimismamiento y la negación de los otros como interlocutores válidos, la antropología se ha transformado cada vez más en una disciplina que potencia las mediaciones, la comprensión y la comunicación intercultural. Así, su objeto aparece un poco más nítido y sin cargas valorativas que menosprecien a las demás culturas, cosificándolas en nombre de la objetividad. En conclusión, el objeto de la antropología es entonces la alteridad, la variabilidad cultural, aquello que nos es extraño –no solo fuera, sino también dentro nuestras propias sociedades– y que tratamos de comprenderlo en sus propios términos, para enriquecer y entender mejor nuestro propio bagaje cultural.
En lo tocante al trabajo social, la antropología proporciona al profesional saberes y habilidades necesarios para una aproximación crítica hacia la realidad de los grupos sociales que integran la sociedad. Le permite deconstruir los discursos desde los cuales se construyen los imaginarios acerca de los otros, para una mejor comprensión y dialogo intercultural. La ciencia antropológica ya no se encarga del estudio de las mal llamadas “sociedades primitivas” en sino que abarca las complejas tramas sociales del mundo industrial, desarrollado o subdesarrollado. El estudio de las narrativas y los imaginarios sociales contemporáneos es otra ventana abierta a la comprensión de las culturas actuales, y la antropología tiene en ese aspecto mucho para decir e intervenir.
Queremos destacar así mismo que la cátedra tiene como objetivo aproximar críticamente a los estudiantes a los problemas y debates de la antropología social y cultural, dado el insoslayable aporte de esta ciencia al desarrollo de las ciencias sociales. El notable impacto que el llamado “giro cultural” ha tenido en las últimas décadas en todas las disciplinas que integran nuestro campo científico amerita un estudio cuidadoso de las teorías y perspectivas ideológicas que atraviesan nuestro campo. Es menester señalar la trascendencia y operatividad del saber antropológico como herramienta de investigación y transformación, ya que, dada la renovación de su aparato conceptual y metodológico durante las últimas décadas, permite la superación del euro y el etnocentrismo que aún persiste en otros ámbitos de la vida social. Desde nuestra óptica, entonces, el objeto de la antropología no son ya las sociedades atrasadas o en “estado de salvajismo” –tal la mirada central que por mucho tiempo se impuso– sino las actuales manifestaciones de la vida social y cultural de los pueblos. Y, dirigida la mirada al interior de nuestras propias sociedades, nos ayuda a comprender las otredades sociales y étnicas que configuran y enriquecen nuestro acervo cultural.
Pero ¿De qué hablamos cuando decimos cultura? ¿Qué tenemos en mente cuando planteamos la vida sociocultural de los pueblos como objeto de estudio? En la perspectiva ideológica aquí adoptada, el sentido antropológico del concepto de cultura se refiere a los productos materiales y simbólicos que el trabajo crea en su condición de actividad transformadora de la naturaleza. Así entendida, la cultura es la capacidad mediadora entre el mundo humano y el mundo natural, “mundos” que solo pueden ser separados en función de su análisis, pero que existen en la realidad suponiéndose mutuamente. Dicho esto, lo que nos interesa captar y analizar de manera comparada son las producciones materiales y los universos simbólicos, revelados por el lenguaje, que abarcan desde los modos de organizar la economía hasta las estructuras de pensamiento, pasando por las prácticas cotidianas.
Por lo apuntado en el párrafo anterior, y a modo de conclusión, manifestamos que es nuestra ambición exponer en lo fundamental, más allá de los detalles, las estructuras presentes en todas las culturas, creadas por los pueblos en su devenir histórico, y desplegadas en la entera geografía mundial, sin discriminaciones ni jerarquías. Al mismo tiempo, ubicados en el campo ideológico que propende a la transformación de las sociedades, no eludimos el estudio y valoración del conflicto y las luchas sociales, inherentes a toda estructura social. Sin conflicto no hay sociedad, ni dinámica de transformación, y la antropología tiene mucho para decir en ese aspecto; por lo dicho, la antropología se transforma en una disciplina central en la formación de los Trabajadores Sociales, cuya intervención en los nudos de conflictividad social es inevitable e imprescindible. Objetivos |
4Reconocer los elementos teóricos y metodológicos fundamentales de la disciplina
Establecer relaciones entre la antropología y las demás ciencias sociales
Valorar los aportes de la antropología para el Trabajo Social
Identificar los caracteres socioculturales de los grupos y clases sociales
Comprender el concepto de cultura en su sentido antropológico y sus distintas definiciones
Reflexionar sobre las nociones de identidad y alteridad cultural
Valorar la diversidad cultural sin establecer jerarquías (superioridad-inferioridad)
Reconocer el valor de las culturas originarias presentes en América y Argentina
Identificar las características de la cultura popular en el marco de las sociedades capitalistas
Reconocer las manifestaciones discriminatorias y etnocéntricas de nuestra sociedad, y sus modos de superarlasContenidos
Se instrumentarán los siguientes indicadores:
Condiciones para la evaluación y acreditación
En todos los casos, la evaluación se ajustará a lo dispuesto para las condiciones de evaluación en la enseñanza superior por la Resolución 1434/04 de la Dirección General de Cultura y educación de la Provincia de Buenos Aires. Así, para aprobar la cursada será obligación del alumno/a:
A) Cumplir con el 60 % de asistencia.
B) Cumplir con dos instancias evaluativas por cuatrimestre, de las cuales –por lo menos una– deberá ser escrita, individual y presencial. La nota de aprobación será de 4 (cuatro) o más puntos en cada cuatrimestre.
Cuando, por razones de salud debidamente justificadas, las inasistencias superen el 40% previsto, el Consejo Académico Institucional o su equivalente junto con el docente del Espacio Curricular evaluará la posibilidad de otorgar un 10% más.
El alumno que desaprobare un cuatrimestre, podrá recuperar –por única vez– en las dos semanas posteriores a la finalización de la cursada, en la fecha que para el efecto disponga la Dirección del Instituto, la que deberá ser posterior a la respectiva devolución del docente.
El alumno que desaprobare los dos cuatrimestres, deberá recursar el Espacio Curricular.
El alumno que, por razones debidamente fundamentadas y certificadas, estuviere ausente en la evaluación de uno de los cuatrimestres podrá acceder al examen recuperatorio en las dos semanas posteriores a la finalización de la cursada, en la fecha que para el efecto disponga la Dirección.
El alumno que tuviere ausente en las evaluaciones de ambos cuatrimestres, deberá recursar el Espacio Curricular.
El alumno que hubiere aprobado la cursada y tuviere pendiente la acreditación, podrá cursar el Espacio Curricular correlativo inmediato posterior, no así los siguientes. Sin embargo, no podrá presentarse a la evaluación final hasta tanto no acredite el espacio curricular correlativo pendiente. Esta situación no será aplicable al Espacio de la Práctica Docente.
Para rendir examen final, la cursada aprobada tendrá una validez de hasta 5 (cinco) años a partir de la fecha de finalización de la misma.
Exámenes y trabajos prácticos: fechas estimadas de realización de los parciales y entrega de trabajos práctricos • 1er examen parcial escrito primera semana de julio • Trabajo Práctico Nº:1 segunda semana de agosto (individual) • 2do examen parcial escrito última semana de octubre • Trabajo Práctico Nº 2 última semana de setiembre (grupal) • Recuperatorio segunda semana de noviembre |
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Segundo Año Historia
Programa Historia Mundial I
DIRECCIÓN DE CULTURA Y EDUCACIÓN
DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR
ISFD Nº 6
CHIVILCOY
CARRERA: Profesorado de Historia
Asignatura: Historia Mundial I
Profesor: Pascuccio, Jorge Darío
EQUIPO RESPONSABLE:
HORAS DE CLASE
96 horas reloj
VIGENCIA AÑO: 2010
Programa Historia Mundial I
1. Fundamentación
La cátedra de Historia mundial I estará organizada por tres ejes vertebradores: el eje de los marcos geográficos, el eje de las estructuras socioeconómicas y políticas, y el de las mentalidades.
En el primer eje, centramos nuestra atención en las transformaciones que se produjeron en el Mediterráneo desde la configuración de la Edad Media hasta su crisis, y la profunda transformación mundial que significó la expansión capitalista y la colonización europea. Este eje nos permite establecer los procesos de larga duración, ligados a la persistencia de las estructuras espaciales y sociales, y sus relaciones con los marcos naturales y el ambiente.
El segundo eje, contempla dos aspectos: la estructuración a través del tiempo de las diversas formaciones económico-sociales y la configuraciones estatales que las caracterizaron, y la naturaleza y profundidad de las crisis que las afectaron, explicando la sucesión en el tiempo de lo diferentes modos de producción y sus correspondientes relaciones de sociales y de producción.
El plano de las mentalidades, o, se superpone con los ejes anteriores, analizándolos como fenómenos de larga duración de los superestructuras ideológico-culturales, que unas veces se corresponden
Planteamos la existencia de una continuidad entre la cátedra de Historia Mundial I y la Perspectiva Espacio-temporal Mundial de primer año tanto en el marco teórico de referencia como en la natural conexión de los contenidos de ambas asignaturas, articulando las temáticas abordadas, dada la intrínseca relación que entre ellas existe. De este modo, en los primeros bloques de contenidos buscamos dar continuidad a la explicación del largo proceso que se inicia con la crisis del Imperio Romano y la transición de la antigüedad tardía al mundo altomedieval entre los siglos III y VIII a. de C., la consolidación y expansión del cristianismo, la transición del esclavismo al feudalismo y la aparición de los reinos germánicos. Así, los legados romano, cristiano y germánico, fusionados en la sociedad feudal, crean una compleja trama cultural y social que constituyen lo que definimos como la “cultura occidental”, tal como la entendió José Luis Romero (1987 y 2002). No ignoramos que se trata de una construcción ideológica que no puede ni debe soslayar el conjunto más amplio de culturas en la que se inserta, pero buscamos introducir a los alumnos en el conocimiento de las particularidades que constituyen lo que usual y arbitrariamente llamamos “occidente”, y que se vinculan con el proceso histórico latinoamericano y argentino, tal como lo comprendió José Luis Romero.
El enfoque adoptado busca consolidar una propuesta para el conocimiento de la historia a través de las estructuras y procesos de las sociedades en el entorno del mar Mediterráneo, la ampliación progresiva de ese espacio con la incorporación del área septentrional y oriental de Europa con la invasión de los pueblos germanos y la aparición de los eslavos en el horizonte histórico. La explicación del proceso se completa con la interacción de Europa con el mundo oriental, oscilando siempre entre el conflicto y el diálogo. Especial tratamiento damos al estudio del Islam y la cultura griega oriental de Bizancio, como realidades sociopolíticas y religiosas que interactuaron con el occidente europeo, unas veces por medio del intercambio y otras por la confrontación, modificando decisivamente su trayecto histórico, según una tesis ya clásica aunque muy discutida y por cierto vigente (H. Pirenne,1975). Finalmente, la expansión europea a través del Atlántico desborda los márgenes de las sociedades del mundo mediterráneo y configura una economía-mundo (I. Wallerstein, 2002) que abre una nueva etapa en la historia de la humanidad a partir del siglo XV.
A partir de entonces se abre un segundo momento de esta explicación que proponemos como eje vertebrador de la asignatura –que estará contenida en los últimos bloques temáticos– y que se prolonga hasta el siglo XVIII con la llamada “doble revolución”. Se trata del otro gran proceso de transformación que se inicia con la transición del feudalismo al capitalismo, la aparición de una formación socioeconómica que se ha dado en llamar feudoburguesa (Romero, 2004) y con el pasaje de la mentalidad cristianofeudal a la modernidad, entendida como despliegue cultural del capitalismo. La comprensión de este proceso implica analizar detenidamente tanto las violentas rupturas (M. Dobb, 2005) que se producen en las estructuras socioeconómicas –surgimiento del la burguesía como sujeto histórico, el crecimiento urbano y el proceso de acumulación originario del capital– como en las superestructuras culturales e ideológicas –la Reforma protestante, una nueva actitud ante el conocimiento de la naturaleza en el siglo XVII, el humanismo de raíz renacentista, etc. Así mismo, es importante reconocer también las continuidades que se registran tanto en el plano de lo cultural como de lo económico, y cuyas conexiones se remontan en el tiempo hasta la propia Antigüedad (Perry Anderson, 2004), dando por caducas aquellas cronologías que proponen divisiones demasiado arbitrarias en el devenir histórico.
En cambio, nosotros proponemos un abordaje cronológico que, sin desconocer lo ya consagrado por la historiografía tradicional –que aun conserva cierta vigencia por su utilidad didáctica– nos permita desmontar las concepciones rígidas y lineales de la cronología. La materia de nuestro conocimiento son los procesos históricos, y éstos siempre suponen la categoría de temporalidad, por lo que no podemos desconocer el anclaje que estos procesos tienen en el tiempo. Lo que proponemos es un enfoque que contemple las largas duraciones de la estructura, el tiempo medio de las coyunturas y los tiempos cortos de los acontecimientos, definidos por la densidad que éstos tienen en el conjunto de la explicación de los fenómenos históricos (Braudel, 2002). A la vez proponemos un abordaje tipológico, integrado con la cronología, que nos facilite el ejercicio de una perspectiva de análisis comparativo, incorporando el estudio de los marcos geográficos, las mentalidades y las diversas formas de organización socioeconómica y política. Así, los alumnos podrán percibir la interrelación de las diferentes configuraciones estatales y formaciones socioeconómicas, diversas entre sí, pero también emparentadas, no solo por la simultaneidad de los procesos, sino también por los elementos que componen las distintas realidades sociales y culturales. Esto permite una síntesis que contiene unas realidades que por sus dimensiones temporales y espaciales de otro modo resultarían inabarcables.
Ponemos especial énfasis en un análisis de nivel teórico, que surja de la lectura y discusión de textos complejos, que liguen lo epistemológico y lo ideológico con el saber propiamente historiográfico. Así, contribuimos en la formación de un docente crítico, capaz de intervenir activamente en la construcción del conocimiento, lo que le permitirá planificar cuidadosamente su recorrido en el proceso de enseñanza y aprendizaje. La pericia en el manejo de los conceptos es una destreza indispensable en el estudio y la enseñanza de las ciencias sociales, ya que nuestro ámbito de conocimiento nos es unívoco en lo conceptual, y tan importante como el saber empírico y el dominio de los datos, es el reconocimiento de las complejidades teóricas que constituyen a nuestra ciencia. Una adecuada formación en el campo de la teoría apunta a preparar a los futuros docentes para adoptar posiciones críticas en las discusiones que atraviesan el campo historiográfico, al mismo tiempo que facilita un abordaje tipológico de las sociedades y culturas estudiadas que complemente el tratamiento cronológico de los contenidos. Consideramos esencial que los alumnos adviertan los posicionamientos ideológicos y los supuestos epistemológicos que subyacen en el discurso de los historiadores y en las corrientes de pensamiento en las que se inscriben, para que él mismo sea capaz de escoger el marco teórico que juzgue adecuado para sus prácticas docentes.
Se trata de construir un relato del pasado que centre su atención en el desarrollo de las diferentes y sucesivas estructuras económico-sociales y su relación dialéctica con las correspondientes superestructuras políticas, jurídicas e ideológico-culturales. En definitiva se trata, dicho con palabras del gran historiador Eric J. Hobsbawm, de un “estudio de las sociedades”, en el sentido de un intento de abarcar la totalidad compleja (Bianchi, 2007), a la vez coherente y contradictoria, en el que se resaltan el papel de las formaciones socioeconómicas, las acciones de los sujetos sociales y el conflicto social, los procesos políticos y la diversas configuraciones estatales, y el despliegue de la cultura y de las mentalidades como potencias que modelan y condicionan el proceso histórico.
Este modelo de explicación del proceso social y cultural de occidente no excluye, sin embargo, la posibilidad de abordar las diversas problemáticas desde la mirada de corrientes historiográficas diversas. Por ejemplo, el debate acerca de la configuración de la España medieval, que dio lugar al debate entre “institucionalitas” y partidarios de la “historia social” y el marxismo, puede ser encarado mediante la lectura en perspectiva comparada de trabajos que se inscriban en corrientes más renovadoras (Daniel Jakcson, 2001) y otros más tradicionales, pero científicamente de mucho peso, como la obra erudita de Claudio Sánchez Albornoz. Esta forma de abordaje permitirá a los alumnos reconocer la pluralidad de enfoques que nutren nuestra disciplina y, al mismo tiempo, los pone en contacto con la riqueza de los debates metodológicos y teóricos que recorren la historia de la historiografía.
2. Contenidos
Bloque I: Transiciones de la Antigüedad Tardía a la Edad Media (siglos III-VIII).
1. Los legados grecorromano, germánico y judeocristiano en el origen de la cultura occidental. El espacio del Mediterráneo como eje económico y cultural. Periodizaciones históricas: la crítica a la idea de “Edad Media”. Transiciones del modo de producción esclavista al modo de producción feudal: diferentes perspectivas de análisis en historia social y económica. Debates historiográficos sobre la transición de la antigüedad al medioevo. Oriente y occidente: una historia de tensiones e intercambios.
2. Las transformaciones en el mundo mediterráneo entre los Siglos III y VIII. Crisis del bajo Imperio Romano. Las invasiones bárbaras y la formación de los reinos germánicos. La fusión de los legados grecorromano, germánico y judeocristiano: siervos y guerreros; monarquías y aristocracias. Ruralización de la economía. Rarefacción de la moneda e deterioro de los flujos comerciales. La formación de la sociedad feudal: rupturas y continuidades con la antigüedad. Las religiones en la antigüedad tardía: paganos, cristianos, judíos y maniqueos. El cristianismo: las creencias, sus discordias doctrinales y la expansión en el ámbito del Mediterráneo. De los reinos germánicos al Imperio Carolingio. El ascenso del Papado.
3. Constantino y la cristianización del Imperio. El Imperio Bizantino: sus bases socioeconómicas y su organización institucional. El legado griego y romano en Oriente. La Iglesia de Oriente. Los iconoclastas. Justiniano y el siglo VI. El Imperio Romano de Oriente frente a la invasión musulmana.
4. Muhammad y el Islam: la predicación de una nueva fe. El nacimiento de una potencia en el Mediterráneo oriental: el Imperio Árabe-Islámico. Sistema religioso y estructura económica y sociopolítica en el Islam. Las conquistas musulmanas. El período de los omeyas. El siglo VII y la “revolución” de los abassíes. La invasión musulmana en la península ibérica: Al Andalús. La cultura islámica. El Islam frente a las peregrinaciones armadas y la ideología de las cruzadas.
Bloque II: la plenitud de la sociedad medieval y la formación del mundo occidental (siglos IX-XIII)
1. La economía feudal: la posesión de la tierra y la distribución de los excedentes. El tributo feudal y la renta agraria. Señores y campesinos: la aldea y el señorío. Explotación agraria y los campesinos en la Edad Media. Mansos y reserva. La estructura social y el conflicto de clases en la sociedad feudal. Los núcleos de la sociabilidad: la familia y la aldea; la casa señorial y sus dependencias.
2. La expansión de los siglos XI al XIII. Crecimiento demográfico y ocupación de nuevas tierras. La expansión político-militar: magiares, eslavos y nórdicos. Las cruzadas. La Reconquista española. Efectos económicos y sociales de la expansión. Europa occidental y los contactos con el mundo bizantino y musulmán.
3. La aristocracia feudal. Organización y consolidación de las relaciones familiares y feudovasalláticas. Las mentalidades medievales. La vida cortesana, los torneos y trovadores. El lugar de la mujer en la estructura social del feudalismo. Las relaciones de poder. La fragmentación del poder señorial. La monarquía y la nobleza feudal. La ciudad medieval: orden y crisis en la sociedad cristianofeudal.
4. La Iglesia y el orden ecuménico. El Imperio y el Pontificado: la disputa por el poder ecuménico. La Iglesia, el monopolio en el control de los símbolos y los conflictos con el poder temporal. Iglesia y sociedad: los tres órdenes y el papel de la caballería. El control social y el poder económico de la Iglesia. La feudalización de la Iglesia. Los monasterios: economía y cultura: Cister y Clunny. Las herejías. La Iglesia y el control del saber: las Sumas Teológicas. La filosofía entre la Edad Media y el Renacimiento. El arte medieval: el románico y el gótico en sus diferentes manifestaciones.
Bloque III: transiciones en occidente de la sociedad feudal a la sociedad feudoburguesa (siglos XI-XIV)
1. La expansión mercantil de los siglos XI al XIII. Los intercambios a través del Mediterráneo y las grandes áreas de comercio medieval. El comercio con Oriente y los influjos culturales mutuos. El renacimiento de las ciudades. El crecimiento de las actividades económicas urbanas: comercio, manufactura y finanzas.
2. La sociedad urbana: el nacimiento de la burguesía. Transformaciones en la estructura de la sociedad feudal. La formación de la sociedad feudoburguesa. Los conflictos con los señores y la formación de las comunas. La vida cotidiana y las nuevas formas de sociabilidad urbana: entre el mercado, la parroquia y la taberna. Diversificación de la sociedad y la economía urbana. Los movimientos contra el patriciado. Los cambios en las mentalidades: nuevas concepciones del individuo y la sociedad; nuevas actitudes frente al conocimiento de la naturaleza y la idea de Dios. Relaciones entre el mundo urbano y el mundo rural. El fin de las comunas autónomas.
3. El siglo XIV: la crisis de la sociedad feudal. Hundimiento en la agricultura, el comercio y la producción artesanal. La peste negra y la caída demográfica. Las transformaciones económicas: producción agraria, manufacturas y comercio. La crisis social: revueltas campesinas y urbanas. Revueltas señoriales. Señores y campesinos: la crisis de la feudalidad “clásica”. La crisis espiritual: las herejías.
4. El crecimiento del poder de las monarquías: el desarrollo de sus instrumentos de dominación. Las monarquías entre la nobleza y la burguesía. Las monarquías europeas después de la crisis del siglo XIV. Las monarquías ibéricas.
Bloque IV: La época de las monarquía absolutas y la expansión la clase burguesa: transiciones del feudalismo al capitalismo (siglos XVI-XVIII)
1. De la expansión del siglo XVI a la crisis del siglo XVII. La refeudalización del mundo rural y el surgimiento de la agricultura comercial. Las finanzas y la etapa manufacturera. Los cercamientos en Inglaterra. El capital mercantil y la producción manufacturera en el feudalismo tardío. El proceso originario de acumulación del capital. Inglaterra y el inicio de la Revolución Industrial. La formación de la clase obrera en Inglaterra y en el resto de Europa. Primitivas manifestaciones de resistencia de los trabajadores asalariados. El corrimiento del eje económico y cultural del Mediterráneo al Atlántico. La expansión oceánica y el nacimiento de la economía-mundo. Los imperios coloniales: España, Holanda Portugal e Inglaterra. El desarrollo del mercantilismo. Debates historiográficos acerca de la transición del modo de producción feudal al modo de producción capitalista.
2. Los estados y el absolutismo: la centralización del poder en las monarquías. El Estado Absoluto y las transformaciones sociales: aristocracias, burguesías y campesinos. Alianzas y resistencias sociales y políticas frente al estado absolutista. Las sublevaciones de los grupos subalternos: rebeliones campesinas y revoluciones burguesas. Hegemonías y conflictos bélicos: la preponderancia española, francesa e inglesa. La declinación de los estados italianos. Las revoluciones inglesas del siglo XVII.
3. La división de la cristiandad occidental. La crisis de la religiosidad y la escisión de la Iglesia. La Reforma luterano-calvinista y las corrientes confesionales protestantes. La Contrarreforma Católica. La Inquisición: control ideológico y social. Los conflictos religiosos. Las guerras de religión. La aparición de las Iglesias Evangélicas y territoriales. La religión en la sociedad, la economía y la cultura. Las rebeliones campesinas.
4. El despliegue cultural del capitalismo: la construcción de la modernidad. Rupturas y continuidades en el pasaje de la Edad Media a la Modernidad: debates y perspectivas historiográficas. Movimientos artísticos y su relación con las estructuras sociales y políticas: Gótico, Renacimiento, Barroco y Clasicismo. Discusiones en torno al concepto de Renacimiento como período histórico. El pensamiento científico: la Revolución Copernicana. El pensamiento social y político hasta el siglo XVIII. La Ilustración y la Enciclopedia. El Despotismo ilustrado frente al liberalismo político. La economía política: proteccionismo y liberalismo económico. La Ilustración Española. Occidente y formación de la mentalidad burguesa: las nuevas ideas y la consciencia de clase burguesa.
4. Bibliografía:
Bloque I: Transiciones de la Antigüedad Tardía a la Edad Media (siglos III-VIII).
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Bloque II: la plenitud de la sociedad medieval y la formación del mundo occidental (siglos IX-XIII)
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Bloque III: transiciones en occidente de la sociedad feudal a la sociedad feudoburguesa (siglos XI-XIV)
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6. Modo de evaluación
En todos los casos, la evaluación se ajustará a lo dispuesto para las condiciones de evaluación en la enseñanza superior por la Resolución 1434/04 de la Dirección General de Cultura y educación de la Provincia de Buenos Aires. Así, para aprobar la cursada será obligación del alumno/a:
A) Cumplir con el 60 % de asistencia.
B) Cumplir con dos instancias evaluativas por cuatrimestre, de las cuales –por lo menos una– deberá ser escrita, individual y presencial. La nota de aprobación será de 4 (cuatro) o más puntos en cada cuatrimestre.
Cuando, por razones de salud debidamente justificadas, las inasistencias superen el 40% previsto, el Consejo Académico Institucional o su equivalente junto con el docente del Espacio Curricular evaluará la posibilidad de otorgar un 10% más.
El alumno que desaprobare un cuatrimestre, podrá recuperar –por única vez– en las dos semanas posteriores a la finalización de la cursada, en la fecha que para el efecto disponga la Dirección del Instituto, la que deberá ser posterior a la respectiva devolución del docente.
El alumno que desaprobare los dos cuatrimestres, deberá recursar el Espacio Curricular.
El alumno que, por razones debidamente fundamentadas y certificadas, estuviere ausente en la evaluación de uno de los cuatrimestres podrá acceder al examen recuperatorio en las dos semanas posteriores a la finalización de la cursada, en la fecha que para el efecto disponga la Dirección.
El alumno que tuviere ausente en las evaluaciones de ambos cuatrimestres, deberá recursar el Espacio Curricular.
El alumno que hubiere aprobado la cursada y tuviere pendiente la acreditación, podrá cursar el Espacio Curricular correlativo inmediato posterior, no así los siguientes. Sin embargo, no podrá presentarse a la evaluación final hasta tanto no acredite el espacio curricular correlativo pendiente. Esta situación no será aplicable al Espacio de la Práctica Docente.
Para rendir examen final, la cursada aprobada tendrá una validez de hasta 5 (cinco) años a partir de la fecha de finalización de la misma.
Cronograma
1º Primer parcial escrito: primera semana de julio
Trabajo Práctico Nº 1: primera semana de julio
2º Examen parcial escrito: última semana de octubre
Trabajo Práctico Nº 2 : última semana de octubre
Recuperatorio: segunda semana de noviembre
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Tercer Año Historia Año
Programa Investigación Histórica I
DIRECCIÓN DE CULTURA Y EDUCACIÓN
DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR
ISFD Nº 6
CHIVILCOY
CARRERA: Profesorado de Historia
Asignatura: Investigación Histórica I
Profesor: Pascuccio, Jorge Darío
HORAS DE CLASE
64 horas reloj
VIGENCIA AÑO: 2010
Programa de Investigación Histórica I
1. Fundamentación
El trayecto de formación que se inicia con la cátedra de Investigación Histórica I propone una incursión por el terreno de las teorías y metodologías de la historia, así como un recorrido por la historia de la historiografía, al menos en sus líneas principales. Se trata de dotar a los alumnos de los saberes competentes para la tarea de investigar, que será llevada al terreno práctico en el cuarto año de la carrera docente, en la cátedra Investigación Histórica II, al tiempo que se busca una formación en el pensamiento crítico y la investigación científico-social. Si bien la trayectoria de formación del docente centra sus preocupaciones en la preparación pedagógica, la tarea de investigar es decididamente alentada, ya que impacta de lleno en las prácticas docentes al incentivar en los futuros educadores el interés por investigar y pensar críticamente el pasado, de acuerdo con el perfil profesional buscado por la institución.
Desde nuestra perspectiva entendemos que la tarea de investigar en historia requiere de una sólida formación teórica, que permita a los estudiantes identificar aquellas categorías y conceptos que estructuran nuestra disciplina, así como las ideologías y posicionamientos intelectuales o políticos que inciden en la construcción del marco teórico de referencia. Igualmente, resulta imprescindible dominar el lenguaje específico de las ciencias sociales y de la ciencia histórica, no sólo para acceder al universo de ideas que pueblan el campo científico-social, sino para que la tarea de investigación no se agote en una mera recopilación de datos,
que no podrán luego ser interpretados sin la asistencia de la teoría. Y si por una parte es necesaria una arquitectura teórica que sostenga el material empírico con el que se construye el conocimiento sobre las sociedades del pasado, no menos importante resulta la adecuada elección de las técnicas de recolección de datos y la crítica de las fuentes que se emplearan en la investigación, para lo cual también se requiere una consistente formación metodológica.
El estudio de las diversas vertientes ideológicas, teóricas y metodológicas que intervienen –y en ocasiones se oponen– en el campo profesional permitirá a los estudiantes formarse sus propios criterios sobre la tarea de investigación, evitando el riesgo de reproducir de manera acrítica los discursos sobre el pasado dominantes en el sentido común, al tiempo que reduce al mínimo el riesgo de recaer en usos anticuados o improcedentes del método histórico.
La argumentación, el intercambio, la discusión e incluso la polémica, son inherentes al conocimiento de la historia. Asumir la diversidad teórica de nuestra ciencia es una tarea fundamental de la cátedra, y es un paso previo para superar la relación ingenua que muchas veces se establece entre el estudiante y su objeto de estudio. Por lo tanto, el conocimiento histórico debe ser presentando como un asunto problemático, que va más allá de lo factual y de lo puramente empírico. En esa tarea colabora el ejercicio de la inteligencia a través de lecturas de textos de creciente complejidad teórica y el análisis cuidadoso de las corrientes metodológicas que dinamizan el campo profesional de la historia. La construcción del objeto de estudio, así como las peculiaridades de la relación entre el sujeto cognoscente y el objeto, son un capítulo esencial de la formación para la investigación, y sus bemoles deben ser asimilados críticamente, para que el desarrollo de la tarea de investigación pueda ser puesta bajo permanente control y revisión. De otro modo, el trabajo de los estudiantes se reduciría a la generación de un texto literario más o menos bien escrito, pero sin ningún valor como producción científica.
Finalmente nos parece prioritario que el futuro investigador comprenda que el matiz y la duda son consustanciales al verdadero conocimiento histórico, para lo cual la formación teórica y el ejercicio práctico de la lectura y escritura son un requisito indispensable. Se trata de superar viejas lecturas hechas a través de una especie de código binario que impide la apreciación de los matices. Aunque no es usual que la pasión y el entusiasmo formen parte de los postulados de la fundamentación de una cátedra, creemos una labor de vital importancia recuperar un tipo de docente apasionado por su disciplina, pues esto estimula la indagación crítica del pasado y el espíritu de investigación.
3. Contenidos
Bloque I: Teorías y métodos de la historia
1. Historia y filosofía: reflexiones sobre el sentido de la historia. Los modos del saber y su periodización. Historia y Teoría Crítica. La memoria colectiva: diferencias y puntos de contacto con la historia. La formación de la conciencia histórica. El oficio de historiador y la conformación del campo profesional. La historia como discurso político. El valor del conocimiento histórico para la sociedad.
2. La historia como ciencia: fundamentos epistemológicos y metodológicos. La historia y su relación con las ciencias sociales: diálogos y tensiones. El historiador como sujeto de la investigación: la construcción de su objeto de estudio. El método histórico: etapas y procedimientos en la investigación. Conceptos estructurantes: tiempo, espacio y sociedad. Categorías de análisis: estructura y proceso, cambio y duración, sujeto social y conflicto social.
Bloque II: Las formas de hacer historia
1. El llamado “positivismo” histórico y la profesionalización de la historia. Historia y ciencias sociales: la Escuela de Anales. Marxismo, historia e historiografía. Historia y sociología. La historia económica y la new economic history. La historia demográfica y la historia de la familia. Estructuralismo e historia. La microhistoria. La historia cultural. La historia oral. La nueva historia política. La historia del género. El “fin de la historia”: superación de las falacias posmodernas. Debates sobre la historia reciente.
2. Inicios de la historiografía argentina: la polémica entre V. F. López y B. Mitre. La Nueva Escuela Histórica. El revisionismo histórico argentino. La Historia Social. Marxismo e historiografía en Argentina. Revisionismo y peronismo. La renovación historiográfica reciente.
Bloque III: Las prácticas en el oficio del historiador
1. La investigación y la escritura de la historia. Monografías, tesis y tesinas: sus diferencias. La producción de textos académicos: convenciones y aspectos formales. El uso de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación en la investigación, el procesamiento de textos y la creación de bases de datos.
2. Bosquejo del plan de investigación: sus partes. Bibliografía: el estado de la cuestión. El aparato erudito y el marco teórico. La construcción del objeto de estudio. La heurística y la hermenéutica. La exploración sistemática de archivos y otros tipos de documentos. Tipos de fuentes. El uso y la crítica de las fuentes. La formulación de hipótesis y sus alcances metodológicos. La comunicación científica.
4. Bibliografía:
Bloque I: Teorías y métodos de la historia
ACHA, Omar (2007), Freud y el problema de la historia, Buenos Aires, Prometeo.
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Bloque III: Las prácticas en el oficio del historiador
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5. Actividades de extensión y/o investigación
Visita y exploración de archivos, complejos museográficos, etc.
Redacción de un bosquejo de Proyecto de investigación.
6. Modo de evaluación
En todos los casos, la evaluación se ajustará a lo dispuesto para las condiciones de evaluación en la enseñanza superior por la Resolución 1434/04 de la Dirección General de Cultura y educación de la Provincia de Buenos Aires. Así, para aprobar la cursada será obligación del alumno/a:
A) Cumplir con el 60 % de asistencia.
B) Cumplir con dos instancias evaluativas por cuatrimestre, de las cuales –por lo menos una– deberá ser escrita, individual y presencial. La nota de aprobación será de 4 (cuatro) o más puntos en cada cuatrimestre.
Cuando, por razones de salud debidamente justificadas, las inasistencias superen el 40% previsto, el Consejo Académico Institucional o su equivalente junto con el docente del Espacio Curricular evaluará la posibilidad de otorgar un 10% más.
El alumno que desaprobare un cuatrimestre, podrá recuperar –por única vez– en las dos semanas posteriores a la finalización de la cursada, en la fecha que para el efecto disponga la Dirección del Instituto, la que deberá ser posterior a la respectiva devolución del docente.
El alumno que desaprobare los dos cuatrimestres, deberá recursar el Espacio Curricular.
El alumno que, por razones debidamente fundamentadas y certificadas, estuviere ausente en la evaluación de uno de los cuatrimestres podrá acceder al examen recuperatorio en las dos semanas posteriores a la finalización de la cursada, en la fecha que para el efecto disponga la Dirección.
El alumno que tuviere ausente en las evaluaciones de ambos cuatrimestres, deberá recursar el Espacio Curricular.
El alumno que hubiere aprobado la cursada y tuviere pendiente la acreditación, podrá cursar el Espacio Curricular correlativo inmediato posterior, no así los siguientes. Sin embargo, no podrá presentarse a la evaluación final hasta tanto no acredite el espacio curricular correlativo pendiente. Esta situación no será aplicable al Espacio de la Práctica Docente.
Para rendir examen final, la cursada aprobada tendrá una validez de hasta 5 (cinco) años a partir de la fecha de finalización de la misma.
Cronograma
1º Primer parcial escrito: primera semana de julio
Trabajo Práctico Nº 1 (monografía): primera semana de julio
2º Examen parcial escrito: última semana de octubre
Trabajo Práctico Nº 2 (bosquejo del plan investigación): última semana de octubre
Recuperatorio: segunda semana de noviembre
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1° Año de Historia
DIRECCIÓN DE CULTURA Y EDUCACIÓN
DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR
ISFD Nº 6
CHIVILCOY
PROFESORADO EN HISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES
ANTROPOLOGÍA
HORAS DE CLASE: 64 hs.
Fundamentación
Como quizá ninguna otra ciencia, la antropología es la ciencia de lo humano. Su campo de estudios abarca todas las dimensiones de lo humano, desde lo que nos conforma biológicamente hasta los que nos constituye como comunidad política; desde lo que como especie nos hace físicamente humanos hasta los procesos psicológicos profundos, pasando por las estructuras sociales y culturales que enmarcan la experiencia histórica de los pueblos (Lévi-Strauss, 1984). Sin embargo, apoyarnos en la generalidad de esta definición, innegablemente cierta, no nos permite focalizar el objeto y el ámbito de preocupaciones de de la antropología. Por otra parte, dejaría sin discutir las contradicciones y la riqueza teórica de una ciencia atravesada por los conflictos sociales, políticos y culturales, y que ha dejado una marca muy honda en el devenir de las ciencias sociales. Por todo esto, entendemos en esta cátedra que es prioritario discutir el lugar que la antropología ocupa en el campo de las ciencias sociales y definir con precisión su objeto de conocimiento, a la par que se hace urgente reafirmar su importancia en la formación de profesionales de la enseñanza de la historia, ya que inevitablemente tendrán que lidiar con las complejas tramas de discursos y saberes provenientes del campo de la antropología, tramas y discursos que muchas veces ocultan y otras veces dejan al desnudo prejuicios y lugares comunes.
Conformada en el siglo XIX en el seno de las culturas dominantes en los centros de poder mundial, la ciencia antropológica del siglo XX estuvo condicionada por la mirada “eurocéntrica”, y ha sido no del todo injustamente acusada de ciencia del colonizador, por hacer de las culturas periféricas –que les resultaban extrañas – un objeto de estudio sin consideraciones por su singularidad en el contexto de una diversidad sin jerarquías ni negaciones. Estas culturas unas veces eran vistas como “premodernas” o en transición hacia un estadio superior, o como “culturas residuales” del pasado, lo cual lastró a la antropología con la pesada carga de conceptos como “primitivismo”, que muchas veces no se apartaban demasiado de la noción de “salvajismo”, presente en clásicos como el de Lewis Morgan. A partir de ese aparato conceptual se construyó el imaginario sobre las sociedades colonizadas, desplazas y no pocas veces exterminadas por los europeos y norteamericanos. La sola idea de que exista una cultura “periférica”, aun cuando no haya sido esa denominación concreta la utilizada, mostró el desconocimiento de la centralidad que para esas sociedades puestas como objetos de estudio tenían sus propias culturas. A pesar de los esfuerzos teóricos y metodológicos hechos para alcanzar una supuesta “objetividad” o para captar en su esencia a esas otras culturas, en general esa mirada, producto del extrañamiento, apenas pudo modificarse sin lesionar el propio estatus epistemológico de la antropología.
Sin embargo, aun signada por esta mirada condicionante, la antropología no ha rehuido el debate y se ha hecho cargo de sus limitaciones epistemológicas, poniendo en discusión los supuestos teóricos en los que se fundaba, tarea emprendida con mayor brío desde la segunda mitad del siglo pasado. La noción de alteridad, incluso la empatía emocional, y, desde luego una profunda crítica intelectual han contribuido para la apertura hacia otros universos simbólicos y materiales cuya riqueza debe ser cuidada. Dado que toda la experiencia histórica humana a mostrado que la diversidad, las “contaminaciones y mezclas”, y los préstamos han sido más fructíferos que el ensimismamiento y la negación de los otros como interlocutores válidos, la antropología se ha transformado cada vez más en una disciplina que potencia las mediaciones, la comprensión y la comunicación intercultural. Así, su objeto aparece nítido y sin cagas valorativas que menosprecien a las demás culturas, cosificándolas en nombre de la objetividad. El objeto de la antropología es entonces la alteridad, la variabilidad cultural, aquello que nos es extraño –no solo fuera, sino también dentro nuestras propias sociedades– y que tratamos de comprenderlo en sus propios términos para enriquecer y entender mejor nuestro propio bagaje cultural.
Por lo que hace a la historia, nuestra ciencia ha recibido el impacto directo de la antropología en las últimas décadas, así como también de la lingüística, al punto que se ha llegado a hablar de una “antropología histórica” como futuro de nuestra disciplina. No es la primera vez que una ciencia social, en tenso y enriquecedor diálogo con la historia, ha seducido a los historiadores. En otros tiempos también se habló de la necesidad de ir hacia una “historia sociológica” o sociología histórica, para basar sobre fundamentos que se pensaban más seguros una ciencia, la historia, que es siempre vista como de dudosa legitimidad científica. En definitiva, debemos concluir que el llamado “giro cultural”, lo mismo que en otro tiempo el “giro social”, no son más que momentos del desarrollo de la ciencia histórica, en permanente y necesaria búsqueda de construir una historia integral, que parta de los fragmentos para abarcar la totalidad, siempre abierta, sin excluir nada de lo humano en su relato sobre el devenir.
El mundo prehistórico es objeto de estudio de esta materia, por lo que la paleoantropología y la arqueología son materias de especial atención para la cátedra. Las sociedades anteriores a la escritura surgen a la luz por los esfuerzos de estas disciplinas. Los contenidos de la cátedra de antropología forman una secuencia de continuidad con los de la cátedra Perspectiva Espacio Temporal Mundial de primer año, puesto que las características de las sociedades prehistóricas y los supuestos fundamentales de la Revolución Neolítica y la Revolución Urbana son contenidos que permiten explicar el surgimiento de las primeras civilizaciones, así como la existencia de complejas relaciones de intercambio material y simbólico entre las sociedades urbanas y aquellas que no adoptaron un modo de vida urbano-estatal, y que de hecho aún incluso en tiempos recientes no han sido del todo asimiladas por la vorágine del mundo ciudadano.
Debemos señalar, finalmente, que ambas disciplinas son especialmente útiles para poner de relieve la singularidad y riqueza de las culturas originarias de nuestro continente. Estas culturas, anteriores a la invasión hispano-católica que las anuló, fragmentó o subsumió en un relató que oscurece sus aportes culturales, son sacadas a la luz por el trabajo minucioso y consciente de la paleoantropología y la arqueología. Las relaciones de historia y arqueología, las distintas técnicas de estudio del pasado remoto, forman un denso sistema de conceptos que no permiten abordar un pasado que de otro modo nos sería por completo ajeno, dejando sin explicación una enorme porción del pasado humano, en el que se formaron muchas de nuestras características fundamentales. Por lo dicho, entendemos que la arquitectura conceptual y los instrumentos metodológicos de la arqueología son imprescindibles para el conocimiento de la historia en su carácter global, solo parcelada en función de los estudios concretos. Debemos agregar también que los estudios de la arqueología ofrecen una mirada integral sobre los primeros milenios de las sociedades humanas, al tiempo que generan un conocimiento que permite formar una visión integrativa de las actuales comunidades originarias, cuyos aportes a la formación de la identidad americana suelen estar silenciados o mal comprendidos. Cabe señalar, finalmente, que para esta cátedra la prehistoria no es el estudio de un pasado pretérito y fenecido, sino el conocimiento crítico del proceso de configuración de las estructuras fundamentales de la sociedad, generadas por de la mediación cultural entre la sociedad y la naturaleza, cuyo carácter de totalidad dialéctica, en permanente movimiento, es necesario comprender.
Queremos destacar así mismo que la cátedra tiene como objetivo principal aproximar críticamente a los estudiantes a los problemas y debates de la antropología social y cultural, dado el insoslayable aporte de esta ciencia al desarrollo de la historiografía contemporánea. Es menester señalar la trascendencia y operatividad del saber antropológico como herramienta de investigación y transformación que, dada la renovación de su aparato conceptual y metodológico durante las últimas décadas, permite la superación del eurocentrismo que aún persiste en otros ámbitos de la vida social. Desde nuestra óptica, entonces, el objeto de la antropología no son las sociedades atrasadas o en “estado de salvajismo” –tal la mirada central que por mucho tiempo se impuso– sino las actuales manifestaciones de la vida social y cultural de los pueblos.
Pero ¿De qué hablamos cuando decimos cultura? ¿Qué tenemos en mente cuando planteamos la vida sociocultural de los pueblos como objeto de estudio? En la perspectiva ideológica aquí adoptada, el sentido antropológico del concepto de cultura se refiere a los productos materiales y simbólicos que el trabajo crea en su condición de actividad transformadora de la naturaleza. Así entendida, la cultura es la capacidad mediadora entre el mundo humano y el mundo natural, “mundos” que solo pueden ser separados en función de su análisis, pero que existen suponiéndose mutuamente. Dicho esto, lo que nos interesa captar y analizar de manera comparada son las producciones materiales y los universos simbólicos, revelados por el lenguaje, que abarcan desde los modos de organizar la economía hasta las estructuras de pensamiento, pasando por las prácticas cotidianas.
Por lo apuntado en el párrafo anterior, y a modo de conclusión, manifestamos que es nuestra ambición exponer en lo fundamental, más allá de los detalles, las estructuras presentes en todas las culturas, creadas por los pueblos en su devenir histórico –de ahí la importancia de la arqueología para manifestar la cultura material de las sociedades prehistóricas– y desplegadas en la entera geografía mundial, sin discriminaciones ni jerarquías.
Objetivos
Que los alumnos:
comprendan el concepto de cultura en su sentido antropológico;
reflexionen sobre las nociones de identidad y alteridad cultural;
valoren la diversidad cultural sin establecer jerarquías (superioridad-inferioridad);
aprecien el impacto de la antropología en la historia como ciencia;
comprendan las transformaciones operadas en el pasado prehistórico (periodización);
se apropien de los contenidos conceptuales y metodológicos de la Arqueología.
reconozcan el valor de las culturas americanas, presentes y pasadas
identifiquen las características de la cultura popular en el marco de las sociedades capitalistas
Para alcanzar estos objetivos, proponemos brindar desde la cátedra de Antropología un tipo de formación que inculque en el graduado de historia una vocación profesional que lo incentive en la búsqueda del conocimiento antropológico y el perfeccionamiento permanente de sus prácticas como docente de ciencias sociales e historia. Para lograrlo, y considerando la complejidad de los contenidos abordados en esta asignatura, nos hemos formado los propósitos de:
poner a los alumnos en contacto con el complejo aparato conceptual y metodológico de la disciplina, para alcanzar una formación teórica que les permita reconocer en los diferentes autores los marcos teóricos que los sustentan;
presentar, junto con los libros clásicos que fundaron el saber antropológico, aquella bibliografía actualizada que sea representativa de las líneas de investigación actuales, de modo que el alumno tenga un amplio conocimiento del devenir histórico de las corrientes que alimentaron el caudal científico de esta disciplina;
explicitar las líneas de contacto y de separación entre la ciencia histórica y la ciencia antropológica, reflexionando sobre los fundamentos epistemológicos de una y otra disciplina;
favorecer la comprensión y la comunicación intercultural a través de los espacios de dialogo, para ampliar el horizonte intelectual de los estudiantes, y generar así las herramientas pedagógicas para que puedan actuar positivamente en mundo cada vez más integrado y complejo;
hacer conscientes a los alumnos de los prejuicios y preconceptos de la sociedad, inevitablemente presentes en el sistema educativo, para que puedan desarrollar su futura tarea pedagógica con un espíritu de comprensión e integración.
Contenidos
Unidad 1. Antropología, su objeto y campo de investigación
El concepto de cultura. El problema de su definición. La antropología: su ubicación en el área de las ciencias sociales. Etnología y etnografía: la formación del campo de la antropología social. El objeto de estudio de la antropología. El trabajo de campo y la observación participante: debates teóricos y metodológicos. Los conceptos de identidad y alteridad. Relativismo y universalismo: valoración de la diversidad cultural. Dialéctica de lo material y lo simbólico. El lenguaje y las relaciones sociales: los aportes de la lingüística. El racismo y el etnocentrismo: la crítica de la antropología contemporánea. El concepto de hibridación cultural. La antropología filosófica: su ámbito de conocimientos. Historia y antropología: préstamos y discusiones desde la teoría y la metodología.
Unidad 2. El proceso de hominización
La evolución de la especie humana: enfoques desde la biología y la antropología. La biodiversidad biológica: los múltiples caminos de la evolución de los homínidos. Homínidos ancestrales: el ardipithecus ramidus. Los australopitecos. El género homo: homo habilis, homo ergaster, homo erectus, homo neanderthalensis y homo sapiens. Los humanos modernos: las hipótesis del multirregionalismo y de la “salida de África”. El desarrollo de la mano y el cerebro: el trabajo como motor de la evolución humana. Sociedad y naturaleza: el concepto de totalidad dialéctica.
Unidad 3. Prehistoria y arqueología
El concepto de prehistoria. Periodización del pasado prehistórico. La Arqueología: su objeto de estudio. El método en arqueología y el trabajo de campo. Los métodos de datación y la arqueología. Arqueología y lenguaje: los aportes de la lingüística al conocimiento de la cultura material. La arqueología histórica: sus contribuciones para la historia como ciencia. Los grupos humanos en el paleolítico. De las bandas de cazadores-recolectores a las primeras sociedades productoras de alimento. De la Revolución Neolítica a la Revolución Urbana: primeras sociedades estatales.
Unidad 4. Las formas de organización social, política y económica
Matrimonio, familia y parentesco: sus formas elementales. Los modos de producción y los sistemas de intercambio. Economía política y antropología económica: el debate entre formalistas y sustantivistas. Sociedades igualitarias y sociedades estratificadas. Banda, tribu, jefatura y estado. La antropología política: su campo de estudios. La experiencia religiosa: magia, rito y prácticas cultuales. Las religiones organizadas: el control de los símbolos y la dominación social. Capitalismo y cultura: las transformaciones materiales y simbólicas en la mundialización capitalista. Grupos subalternos y cultura popular. El problema de la tradición, la modernidad y la posmodernidad.
Unidad 5. Los pueblos Originarios en América y Argentina
Teorías sobre el poblamiento americano. Los primeros asentamientos en América. Áreas de co-tradición cultural en América: identificación y características. Áreas culturales prehistóricas en América y Argentina. Localización y características de las poblaciones originarias durante la invasión hispano-católica (siglos XVI y XVII). El problema de la frontera en los siglos XVIII y XIX: interpretaciones. El etnocidio y el genocidio: la negación y el exterminio. Los pueblos originarios hoy: del Estado-Nación al Estado plurinacional.
Bibliografía:
Unidad 1. Antropología, su objeto y campo de investigación
Bibliografía:
- Bórmida, Marcelo (1976): Etnología y fenomenología, Buenos aires, Ediciones Cervantes.
- CAVALLI-SFORZA, Luigi Luca (2000): Genes, pueblos y lenguas, Crítica, Barcelona.
- Cone, Cinthia y Pelto, Pertti (1986): Guía para el estudio de la antropología cultural, México, FCE.
- García Canclini, Néstor (1990): Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad, México, Grijalbo.
- Geertz, Clifford (1988): La interpretación de las culturas, Barcelona, Gedisa.
- Kaplan, David y Manners, Robert A.: “Antropología: viejos temas y nuevas orientaciones”, en José R. Llobera [compilador] (1988), La antropología como ciencia, Barcelona, Anagrama.
- Kush, Rodolfo (1978): Esbozo de una antropología americana, Buenos Aires, Castañeda.
- Leach, Edmund R.: “El método comparativo en antropología” en Llobera, José R. [comp.] (1988): La antropología como ciencia, Barcelona, Anagrama.
- Lévi Strauss, Claude (1984): Antropología Estructural, Buenos Aires, EDUDEBA.
- Llobera, José R. [comp.] (1988) “Postscriptum: Algunas tesis provisionales sobre la naturaleza de la antropología”, en La antropología como ciencia, Barcelona, Anagrama.
- Malinowski, Bronislaw (1972): Los Argonautas del Pacífico Occidental. Un estudio sobre el comercio y aventura entre los indígenas de los archipiélagos de la Nueva Guinea melanésica, Barcelona, Península.
- Mateo, Fernando (1991): Los orígenes de la antropología, Buenos Aires, CEAL.
- Mead, Margaret (1981): “Introducción” en Cartas de una antropóloga, Buenos Aires, EMECE.
- Morgan, Lewis H. (1971): La sociedad primitiva, Madrid, Editorial Ayuso.
Unidad 2. El proceso de hominización
Bibliografía:
- Aguirre, Emiliano (1973): El origen del hombre, Barcelona, Salvat.
- Esteva Fabregat, Claudio (1973): Razas humanas y racismo, Barcelona, salvat.
- Harris, Marvin (1998): Introducción a la antropología general, Madrid, alianza.
- Leakey, Richard (2000): El origen de la humanidad, Barcelona, Debate.
- Rieznik, Pablo (2005): El mundo no empezó en el 4004 antes de Cristo. Marx, Darwin y la ciencia moderna, Buenos Aires, Biblos.
Unidad 3. Prehistoria y arqueología
Bibliografía:
- Alimen, y Steve (1994): Prehistoria, Madrid, Siglo XXI Editores,
- Almagro, Martín (1975): Introducción al estudio de la prehistoria y la arqueología de campo, Madrid, Guadarrama.
- De Sonneville-Bordes, Denise (1973): La edad de la piedra, Buenos Aires, EUDEBA.
- Pericot, Luis y Martín, Ricardo (1973): La prehistoria, Barcelona, Salvat.
- Renfrew, Colin (1990): Arqueología y lenguaje. La cuestión de los orígenes indoeuropeos, Barcelona, Crítica.
- Renfrew, Colin y Bahn, Paul (1993): Arqueología. Teorías, métodos y práctica, Madrid, AKAL.
Unidad 4. Las formas de organización social, política y económica
Bibliografía:
- Blazote, Alejandro (1998): “El debate entre formalistas y sustantivistas y sus proyecciones en la Antropología Económica” en Trinchero, Héctor [comp.]: Antropología Económica. Ficciones y producciones del hombre económico, Buenos Aires, EUDEBA.
- Clastres, Pierre (1996): Investigaciones en antropología política, Barcelona, Gedisa.
- García Canclini, Néstor (1982): Las culturas populares en el capitalismo, México, Nueva Imagen.
- Harris, Marvin (1993): Jefes, cabecillas, abusones, Madrid, Alianza.
- Kusch, Rodolfo (1975): La negación en el pensamiento popular; Buenos Aires, Cimarrón.
- Lévi Strauss, Claude (1993): Las estructuras elementales del parentesco, Barcelona, Planeta-Agostini.
- Llobera, José Ramón (1973): Las sociedades primitivas, Barcelona, Salvat.
- Polányi, Karl (1994): El sustento del hombre, Barcelona, Grijalbo-Monadori.
- Radcliffe-Brown, Alfred R. (1972): Estructura y función en la sociedad primitiva, Barcelona, Península.
- Radovich, Juan Carlos (s/f): El estudio de los sistemas de parentesco en la antropología clásica: Lewis H. Morgan; A. R. Radcliffe-Brown y Claude Lévi-Strauss, UBA. mimeografiado.
- Stavenhagen, Rodolfo (1969): Las clases sociales en las sociedades agrarias, México, Siglo XXI Editores.
Unidad 5. Los pueblos Originarios en América y Argentina
Bibliografía:
- Abramoff, Ernesto (2001): "Etnocidio. Genocidio. Identidad de los Pueblos Indígenas" en Garreta, M. y Bellelli, C. [comp.] La Trama Cultural. Textos de Antropología, Ediciones Caligraf, Buenos Aires.
- KUSCH, Rodolfo (1999): América Profunda, Buenos Aires, Biblos.
- Lehmann, Henri (1973): Las culturas precolombinas, Buenos Aires, EUDEBA.
- Nervi, Laura: “América Latina: grupos étnicos e integración nacional” en Lischetti, Mirta [comp.] (1986): Antropología, Buenos Aires, EUDEBA.
- Martínez Sarasola, Carlos (1992): Nuestros paisanos los indios, Buenos Aires, EMECE.
- Mandrini, Raúl J. (2008): La Argentina Aborigen. De los primeros pobladores a 1910, Buenos Aires, Siglo XXI Editores.
- Mandrini, Raúl J. (2004): “Estudio preliminar” en Los pueblos originarios de la Argentina. La visión del otro, Buenos Aires, EUDEBA.
- Mandrini, Raúl J.: “La sociedad indígena de las pampas en el siglo XIX”, en Lischetti, Mirta [comp.] (1986): Antropología, Buenos Aires, EUDEBA.
- Radovich, Juan Carlos y Balazote, Juan Carlos [comp.] (1992): La problemática indígena. Estudios antropológicos sobre pueblos indígenas de la Argentina, Buenos Aires, CEAL.
Modo de evaluación
Condiciones para la evaluación y acreditación
En todos los casos, la evaluación se ajustará a lo dispuesto para las condiciones de evaluación en la enseñanza superior por la Resolución 1434/04 de la Dirección General de Cultura y educación de la Provincia de Buenos Aires. Así, para aprobar la cursada será obligación del alumno/a:
A) Cumplir con el 60 % de asistencia.
B) Cumplir con dos instancias evaluativas por cuatrimestre, de las cuales –por lo menos una– deberá ser escrita, individual y presencial. La nota de aprobación será de 4 (cuatro) o más puntos en cada cuatrimestre.
Cuando, por razones de salud debidamente justificadas, las inasistencias superen el 40% previsto, el Consejo Académico Institucional o su equivalente junto con el docente del Espacio Curricular evaluará la posibilidad de otorgar un 10% más.
El alumno que desaprobare un cuatrimestre, podrá recuperar –por única vez– en las dos semanas posteriores a la finalización de la cursada, en la fecha que para el efecto disponga la Dirección del Instituto, la que deberá ser posterior a la respectiva devolución del docente.
El alumno que desaprobare los dos cuatrimestres, deberá recursar el Espacio Curricular.
El alumno que, por razones debidamente fundamentadas y certificadas, estuviere ausente en la evaluación de uno de los cuatrimestres podrá acceder al examen recuperatorio en las dos semanas posteriores a la finalización de la cursada, en la fecha que para el efecto disponga la Dirección.
El alumno que tuviere ausente en las evaluaciones de ambos cuatrimestres, deberá recursar el Espacio Curricular.
El alumno que hubiere aprobado la cursada y tuviere pendiente la acreditación, podrá cursar el Espacio Curricular correlativo inmediato posterior, no así los siguientes. Sin embargo, no podrá presentarse a la evaluación final hasta tanto no acredite el espacio curricular correlativo pendiente. Esta situación no será aplicable al Espacio de la Práctica Docente.
Para rendir examen final, la cursada aprobada tendrá una validez de hasta 5 (cinco) años a partir de la fecha de finalización de la misma.
Exámenes y trabajos prácticos: fechas estimadas de realización de los parciales y
entrega de trabajos
• 1er examen parcial escrito primera semana de julio
• Trabajo Práctico Nº:1 segunda semana de agosto (individual)
• 2do examen parcial escrito última semana de octubre
• Trabajo Práctico Nº 2 última semana de setiembre (grupal)
• Recuperatorio segunda semana de noviembre